ATROFIA VAGINAL, UNA GRAN DESCONOCIDA DE LA MENOPAUSIA.
La ginecóloga, Silvia P. González, analiza el uso y criterios de elegibilidad de la terapia hormonal local
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Menopausia el pasado 18 de Octubre se analizó la importancia de los criterios de elegibilidad para un mejor abordaje de la menopausia.
En esta línea, el uso de la terapia hormonal local ha sido uno de los aspectos analizados. Se trata de un tipo de tratamiento que se usa para aliviar síntomas de la atrofia vaginal causada por la menopausia, mediante la administración de estrógenos directamente en la vagina, en forma de comprimido, anillo, óvulo, gel o crema. Estos estrógenos actúan sobre la mucosa vaginal y mejoran su elasticidad, hidratación y lubricación. La terapia hormonal local, a diferencia de la terapia hormonal sistémica, tiene un efecto localizado en la vagina y tejidos cercanos, y no a nivel de otros tejidos, ya que los estrógenos se absorben en menor cantidad hacia el torrente sanguíneo.
La ginecóloga, Silvia P. González, jefa clínica de la unidad de menopausia y osteoporosis de Gabinete Velázquez de Madrid, Máster en climaterio y Menopausia y miembro de la junta directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, afirma que, “El síndrome genitourinario empieza muy pronto y se perpetúa en el tiempo”; Y es que, “Aunque los receptores de estrógenos se pierden en la postmenopausia, la vagina es el órgano con una mayor concentración de estos receptores del organismo”, recuerda la Dra. González, lo que “la hace extremadamente sensible a variaciones hormonales que ocurren tras la menopausia”. Es por ello por lo que, tras la menopausia, los tejidos de la vagina son especialmente sensibles, pudiendo provocar sequedad vaginal, dolor, incontinencia urinaria… lo que se conoce como síndrome genitourinario de la menopausia.
Esto provoca que cuando las concentraciones de estrógeno decaen en la peri y post menopausia, haya síntomas que aparezcan precozmente como los vasomotores y los psicoafectivos; otras patologías que aparecen más tardíamente son la osteoporosis o la patología cardiovascular. Sin embargo, “el síndrome genitourinario empieza muy pronto y se perpetúa en el tiempo; no va a menos, sino que se incrementa”, destaca la experta.
Casi un 80% de las mujeres sexualmente activas presenta dispareunia (dolor genital persistente o recurrente antes, durante o después de mantener relaciones sexuales).
Un estudio desarrollado a nivel europeo para observar la prevalencia de los síntomas relacionados con la atrofia vulvovaginal, apunta la doctora, “recogió en el grupo español a 1.177 pacientes y, de ellas, el 87,3% presentaba atrofia vaginal, un 91,7% de las cuales refería sequedad. Casi un 80% de las mujeres sexualmente activas presentó dispareunia, dolor con las relaciones sexuales”.
Los síntomas de la menopausia varían con la edad. Pero la Dra. González destaca que, según un estudio para la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, la sequedad es el síntoma más frecuente en las pacientes a partir de los 50 años y el segundo más frecuente en la perimenopausia: el 45% de los encuestados en la franja de edad 40-49 ya tienen esta sintomatología. Aunque existen muchos tratamientos, la experta pone de relieve los problemas de cumplimiento, “en torno al 86% de las pacientes abandona el tratamiento durante el primer año”, apunta.
Los criterios de elegibilidad son pautas que ayudan a los profesionales de la salud a decidir si una mujer puede usar o no este tipo de tratamiento
“Cuando a las pacientes les decimos que les vamos a pautar un tratamiento estrogénico, tienen miedo por los presuntos efectos adversos de la terapia hormonal: riesgo cardiovascular y de trombosis, riesgo de sangrados y los efectos mamarios”, indica la doctora.
Los criterios de elegibilidad son pautas que ayudan a los profesionales de la salud a decidir si una mujer puede usar o no este tipo de tratamiento, según su situación clínica y sus preferencias personales. La ginecóloga apunta que “desde los criterios de elegibilidad para la terapia hormonal se decidió añadir una última pregunta que es el empleo del tratamiento local y la seguridad que se tiene al respecto”. Estos criterios se basan en la mejor evidencia disponible y en el consenso de expertos de diferentes sociedades científicas. Estos criterios de elegibilidad van a ayudar a las mujeres que entran en la época de la menopausia a recibir un el tratamiento que mejor se adapte a sus necesidades y síntomas, sin poner en riesgo su salud.
``Del total de mujeres con atrofia vulvovaginal sintomática, menos de la mitad van a consultar por ella porque ni siquiera reconocen que tiene que ver con su sintomatología climatérica”, afirma la experta. Reconoce que pocas reciben atención ginecológica pero estima que el cumplimiento está por debajo del diez por ciento. La Dra. González concluye: “Tenemos la posibilidad de influir en tres niveles: a nivel de que las pacientes reconozcan mejor esta patología, atenderlas ginecológicamente mejor y fomentar que cumplan mejor los tratamientos, de cara a mejorar el abordaje de la salud vulvovaginal en la menopausia con estos tratamientos que son eficaces y seguros y que van sin ninguna duda a ir en pro de su calidad de vida”.
Entrevista publicada en el portal Consalud.es patrocinada por Gedeon Richter