El SGM o comúnmente conocido como atrofia vulvovaginal (por ser una de sus afecciones más frecuentes), se produce cuando existe un adelgazamiento, inflamación y sequedad de la pared vaginal (en el interior de la vagina) como consecuencia de la disminución natural en los niveles de estrógeno después de la menopausia. Los estrógenos son responsables en gran parte de la conservación de la salud vaginal. No obstante, cuando se produce la menopausia, disminuyen sus niveles, se producen en menor cantidad, lo que tiene efectos negativos sobre la vagina, que es el órgano con más receptores de estrógenos, provocando un deterioro de sus tejidos y los síntomas conocidos como Síndrome Genitourinario de la Menopausia.
Los principales síntomas son:
Si tienes alguno de estos síntomas y estás en la etapa de la menopausia, ¡consulta con un profesional sanitario! No tienes por qué sufrirlo en silencio.
Si, hay solución para aliviar los síntomas del SGM o la atrofia vulvovaginal. Consulta con un profesional sanitario para saber que opción se adapta mejor a ti.
Hay diferentes tipos de tratamiento:
Si hay un impacto en la calidad de vida de la mujer, es importante iniciar un tratamiento para la atrofia vulvovaginal lo antes posible y este debe ser continuado para mantener los beneficios del mismo. Si se deja de utilizar o no se cumple con la posología que ha recomendado el profesional sanitario, corremos el riesgo de que vuelva a aparecer la sintomatología. Para ello es importante tener en cuenta la comodidad; hay mujeres que pueden preferir el uso de tratamientos que no manchen la ropa interior o produzcan pérdidas, como los comprimidos vaginales.
Es importante señalar que se debe iniciar el tratamiento bajo las recomendaciones de un profesional sanitario. Consulta con un profesional sanitario.
¡Es momento de darle al play a esta nueva etapa de la vida!