El SGM o comúnmente conocido como atrofia vulvovaginal (por ser una de sus afecciones más frecuentes), se produce cuando existe un adelgazamiento, inflamación y sequedad de la pared vaginal (en el interior de la vagina) como consecuencia de la disminución natural en los niveles de estrógeno después de la menopausia. Los estrógenos son responsables en gran parte de la conservación de la salud vaginal. No obstante, cuando se produce la menopausia, disminuyen sus niveles, se producen en menor cantidad, lo que tiene efectos negativos sobre la vagina, que es el órgano con más receptores de estrógenos, provocando un deterioro de sus tejidos y los síntomas conocidos como Síndrome Genitourinario de la Menopausia.
Los principales síntomas son:
- Sequedad vaginal a causa de la disminución de la lubricación
- Irritación vaginal
- Sensación de ardor en la vagina
- Picor vaginal
- Dolor en las relaciones sexuales
- Síntomas urinarios, como aumento de la frecuencia de la micción, urgencia, o ardor al orinar
- En casos más severos, las mujeres pueden tener molestias al sentarse, hacer ejercicio o usar prendas de ropa ajustadas.
Si tienes alguno de estos síntomas y estás en la etapa de la menopausia, ¡consulta con un profesional sanitario! No tienes por qué sufrirlo en silencio.