Han pasado casi siete décadas desde que la píldora anticonceptiva llegó al mercado y cambió para siempre la vida de las mujeres. Aquel primer comprimido, comercializado en 1960, contenía dosis elevadas de hormonas y se prescribía con “la ambigua indicación de controlar el ciclo menstrual”. Nadie imaginaba entonces el impacto que tendría en la salud femenina. “La píldora permitió el control de la natalidad, la vivencia plena de la sexualidad y transformar la vida de las mujeres”, explica la Dra. María Guerrero, Especialista en Obstetricia y Ginecología y Presidenta de la Sociedad Norte de Contracepción.
Hoy, los anticonceptivos orales poco tienen que ver con sus predecesores. Las formulaciones actuales han evolucionado y están adaptadas a las necesidades individuales de las mujeres de hoy día. “Han pasado casi 70 años desde la creación de esta primera píldora, y salvo su esencia y sus principios farmacológicos básicos, la píldora ha evolucionado como la mujer y la sociedad. Sus componentes actuales son diferentes, más selectivos, algunos de origen natural, y las dosis administradas, más bajas, con el objetivo de ofrecer a la mujer una anticoncepción segura, eficaz y bien tolerada”, explica la especialista con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción y con la colaboración de Gedeon Richter, compañía especializada en salud de la mujer en España.
En la actualidad, existen dos grandes grupos: las píldoras combinadas, que asocian estrógeno y gestágeno, y las de solo gestágeno. El gestágeno es el principal responsable del efecto anticonceptivo, mientras que el estrógeno aporta estabilidad al ciclo menstrual. Según la Dra. Guerrero, “en los últimos años se han desarrollado nuevas moléculas de estrógenos de origen natural, más similares a los producidos por el ovario, con menor estrogenicidad, más selectivas y mejor tolerancia. La tendencia actual es utilizar este tipo de preparados y disminuir la dosis de estrógenos”.
La diversidad de gestágenos disponibles permite personalizar aún más los tratamientos, ya que algunos mejoran el acné, reducen la grasa en la piel, regulan el ciclo o alivian patologías como la endometriosis. Además, se han ampliado las pautas de administración: desde los clásicos ciclos de 28 días con placebo, hasta pautas continuas que reducen o eliminan la menstruación. “La existencia de las pautas continuas o prolongadas permite reforzar el efecto hormonal y evitar o disminuir el número de días en los que aparecen los síntomas relacionados con la menstruación”, detalla la especialista en Obstetricia y Ginecología.
LA PÍLDORA, EL SEGUNDO ANTICONCEPTIVO MÁS USADO
A pesar de estas mejoras, España sigue siendo uno de los países europeos donde la píldora no ocupa el primer lugar como método anticonceptivo. Según la Encuesta de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) 2024, el preservativo es el más utilizado (36,5%), seguido de la píldora combinada, que alcanza al 18% de las mujeres en edad fértil, sobre todo entre los 20 y 29 años. En países vecinos como Francia, Alemania o Reino Unido, la píldora ocupa el primer puesto.
La Dra. Guerrero insiste en que la clave está en el asesoramiento individualizado. “Es fundamental conocer la historia clínica de cada mujer y seleccionar la opción anticonceptiva más adecuada a su perfil. Cada mujer es única, y es fundamental el asesoramiento del profesional de la salud para obtener el máximo beneficio de la anticoncepción”, asegura.
Entre las últimas innovaciones, destacan las moléculas con acción selectiva, que actúan de forma diferenciada en los tejidos. También se han desarrollado gestágenos con actividad antimineralocorticoide y antiandrogénica, que aportan beneficios adicionales a la anticoncepción. Además, la introducción de otras vías de administración, como la transdérmica o vaginal, ofrece alternativas a quienes no desean la vía oral o diaria, ya que estas vías alternativas se administran semanal o mensualmente. “Pero la vía preferida por las usuarias sigue siendo la oral, según el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva de la SEC 2024”, apunta la doctora, aunque añade que es necesario que sea la mujer o la pareja los que elijan el método anticonceptivo que mejor se adapte a sus preferencias, siempre teniendo en cuenta el criterio médico.
FALSOS MITOS Y BENEFICIOS
Los falsos mitos siguen siendo una de las principales barreras para el uso de anticonceptivos hormonales. El 41,2% de las mujeres españolas que no los utilizan afirman hacerlo por preocupación por su salud. La Dra. Guerrero desmonta algunos de estos mitos porque “se ha demostrado que no produce esterilidad, la fertilidad se recupera de forma inmediata tras el cese del tratamiento, y que reduce de forma significativa el riesgo de cáncer de ovario, endometrio y colon”. Añade que, con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción se ponen en marcha varias iniciativas para desmontar estos mitos, como la iniciada por Gedeon Richter llamada #Acabemosconloinconcebible (click aquí para ver la campaña)
Más allá de evitar embarazos, las propiedades farmacológicas de la píldora son muy significativas para mejorar la calidad de vida. En función de su composición, mejora el acné, el exceso de vello, los dolores menstruales y los síntomas del síndrome premenstrual, además de prevenir la anemia por sangrados abundantes. También es útil en la transición a la menopausia. “Es sorprendente los efectos tan positivos y diferentes que puede provocar un único preparado, tan pequeño y tan grande, que ha cambiado la vida de tantas mujeres a lo largo de la historia… y lo sigue haciendo”, reflexiona la doctora.
“Es fundamental depositar la confianza en los profesionales de la salud especializados en anticoncepción, que realizarán el mejor consejo de forma individualizada en función del perfil de cada mujer”, concluye la experta. La píldora no solo representa un hito en la salud femenina, sino que sigue siendo hoy un aliado clave para la salud y el bienestar de millones de mujeres en todo el mundo.
GR111-09/2025
